Preguntas frecuentes sobre el renting tecnológico

Preguntas frecuentes sobre el renting tecnológico

El renting tecnológico se ha convertido en una opción muy interesante para las empresas, ya que, a través de él, pueden conseguir cualquier equipo que necesiten sin tener que comprarlo ni realizar una gran inversión inicial. Pero ¿sabes qué es exactamente? Aquí queremos dar respuesta a esta y a otras preguntas relacionadas con este popular servicio de alquiler.

¿Qué es el renting tecnológico?

Se trata de un servicio que permite alquilar durante un tiempo determinado un equipo informático o un software, así como cualquier otro dispositivo electrónico como, por ejemplo, un smartphone, una tablet o una cámara réflex. El pago se realiza, generalmente, a través de una cuota fija de carácter mensual.

¿Quiénes pueden contratar un renting tecnológico?

Cualquier persona física, pública o privada, como:

  • Trabajadores autónomos
  • Pymes
  • Grandes empresas
  • Usuarios particulares

Dada la digitalización de los mercados y la necesidad de contar con equipos profesionales de gran calidad y elevado precio, son los autónomos y las pymes los que más optan por este servicio. También recurren a él, en menor medida, los estudiantes cuando tienen que acometer un proyecto concreto.

¿Qué ventajas ofrece el renting tecnológico?

La principal ventaja de contratar los servicios de una empresa de renting tecnológico es que el usuario no tiene que afrontar un alto desembolso inicial. Es decir, en lugar de tener que abonar el importe total del dispositivo, solo necesita abonar una cuota mensual durante el tiempo que lo necesite.

Además, el renting tecnológico también permite estar permanentemente a la vanguardia. De hecho, una vez que aparece en el mercado un modelo más moderno de un determinado dispositivo y el anterior deja de ofrecer todas las funcionalidades posibles, solo hay que rescindir un contrato y devolver el equipo para fijar un nuevo contrato.

¿Qué diferencia hay entre leasing y renting tecnológico?

El modelo de leasing ha funcionado muy bien en otros sectores, pero hasta el momento, no se ha implantado en el tecnológico. ¿El motivo? Los dispositivos electrónicos tienen una vida útil mucho más reducida que la de otro tipo de bienes, como, por ejemplo, los coches.

La diferencia entre leasing y renting tecnológico está, fundamentalmente, en la opción de compra final. Así pues, cuando alquilamos un dispositivo (renting), este nunca es nuestro y, una vez finalizado el contrato, hay que devolverlo a la empresa que nos lo arrendó.

En cambio, con el leasing se abona un importe mensual que se descuenta del precio final de venta. Pasado un tiempo concreto, el usuario debe decidir entre abonar la última cuota y quedárselo, devolverlo o entregarlo y renovar el contrato haciéndose con otro aparato similar pero más moderno.

Se puede decir que el renting tecnológico ha supuesto un auténtico salvavidas para los autónomos y pequeñas empresas que acaban de arrancar su negocio. El motivo es simple: gracias a él pueden obtener los dispositivos electrónicos que precisan para realizar su trabajo sin necesidad de efectuar un fuerte desembolso inicial que desequilibre sus cuentas. Además, propicia una mayor planificación a largo plazo y permite disfrutar de equipos más modernos y actualizados.

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Este artículo ha sido escrito por un@ redactor@ que forma parte del equipo de Digital Marketing Trends.