La economía mundial está en un punto de inflexión. Los economistas señalan que la crisis financiera de 2008-2009 llevó a una recesión global que comenzó con una caída del mercado inmobiliario en Estados Unidos e hizo que los países emergentes estallaran en protestas contra el capitalismo occidental y la globalización.
La crisis económica global parece haberse superado, pero las medidas para salir de la recesión han ocasionado una profunda desigualdad y desempleo alentando el populismo y extremismo político.
Se estima que habrá una nueva recesión en 2022 y 2023, cuando el crecimiento económico se vuelve negativo. En ese momento, se esperan olas de protestas sociales que podrían ser mucho más intensas que las actuales. Muchas personas están resguardando su capital en criptos comprando en KuCoin un Exchange confiable hasta ahora.
¿Qué es recesión global?
Recesión global es un término que se usa para describir toda la recesión económica mundial y no sólo en un país. Por ejemplo, si el Reino Unido está en recesión y España no, se puede decir que hay una recesión global pero no a nivel europeo. También se utiliza la palabra «recesión» para referirse a una fase de la economía mundial que sufre una contracción económica prolongada.
Se dice que hay recesión cuando la demanda agregada cae durante dos trimestres consecutivos o cuando los precios disminuyen durante dos trimestres consecutivos. Las causas de la recesión incluyen: crisis financieras, desaceleración industrial y reducción de los gastos gubernamentales. El comprar criptomonedas suele ser de mucha ayuda.
Qué hacer en la recesión global
Las recesiones son una parte esencial del ciclo económico. En los últimos 200 años, la economía estadounidense ha tenido una recesión cada 20 años en promedio. Por ende, es poco o nada lo que muchos pueden a hacer, incluso muchas inversiones que se hacen hoy pueden no servir de mucho.
La recesión global actual puede comenzar en 2022 y se espera que termine a fines de 2023, esto según algunos analistas de recesiones. Los países desarrollados están todavía en este período de tiempo, mientras que los países emergentes han salido del mismo.
En la era de la globalización, una crisis económica que afecte a un país es sinónimo de recesión para el resto del mundo. La economía es tan interdependiente que cualquier desglose en el sistema puede provocar una gran perturbación y generar una crisis.
Las economías del mundo se ven afectadas por las decisiones de los bancos centrales, las políticas monetarias y las medidas proteccionistas. Las naciones que deciden recurrir al proteccionismo suelen ser perjudicadas por el resto del mundo, ya que no solo limitan su comercio exterior, sino que también provocan una reacción en cadena en los países más competitivos de la mano de obra barata.
¿Cuándo termina la crisis económica actual?
Es una pregunta difícil de responder. La crisis económica actual no es como la Gran Depresión, con su desempleo de larga duración y su pobreza generalizada. Tampoco es como la estanflación de los años 70, en la que la inflación era alta, pero el crecimiento era lento.
La crisis actual se ha caracterizado por un elevado desempleo y un lento crecimiento, pero también por una baja inflación. Esto significa que tanto la política monetaria como la fiscal han sido ineficaces para estimular la demanda de bienes y servicios.
A medida que la economía mundial se recupera de la Gran Recesión, muchas personas se preguntan cuándo será el momento de reanudar el gasto normal. Aunque los economistas y los líderes empresariales no se ponen de acuerdo sobre cuándo terminará la recesión, sí están de acuerdo en que llevará algún tiempo recuperarse de la recesión económica.
Es imposible decir cuándo terminará la actual crisis económica, o incluso si se ha «tocado fondo». Pero hay varias señales que sugieren que se acaba pronto. Por ejemplo:
El empleo empieza a recuperarse a medida que las empresas recuperan la confianza en sus perspectivas de futuro. El crecimiento de los salarios ha empezado a repuntar tras años de estancamiento, ya que los trabajadores se sienten por fin obligados a exigir mayores salarios para poder competir por los puestos de trabajo. Y aunque la inflación sigue siendo moderada a pesar de que el desempleo se sitúa aún más por debajo de su tasa natural (el nivel en el que la inflación debería empezar a repuntar), podría empezar a subir pronto si los salarios aumentan más rápido de lo previsto.