Una chica no debe ser golpeada, ni siquiera con una flor
Cuando me miro al espejo cada mañana, lo hago con toda la normalidad del mundo, me cepillo el pelo, me lavo la cara, me maquillo, con toda la naturalidad del mundo, y comienzo mi día a día tomando mis propias decisiones. No me preocupo de nada más. Sin embargo, existe otra realidad, una realidad de la que no somos conscientes y que está ahí. Muchas mujeres, se levantan cada día, se miran al espejo y no se ven a sí mismas, tan sólo pueden ver la proyección de sus maridos, novios, padres, hermanos…; tal vez incluso, no puedan reconocer su propia cara porque ha sido marcada por el simple hecho de intentar decidir o pensar libremente.
El problema de la violencia de género está presente, tanto en el mundo occidental como en los países menos desarrollados, siendo de especial delicadeza éstos últimos por el simple hecho de que, en ocasiones, las leyes amparan conductas de vejación y violencia contra la mujer.
Es por esto, que numerosas marcas, a través de acciones de responsabilidad social se hacen eco e intentan combatir estos hechos, como es el caso de Benetton y su colaboración con la agencia de naciones unidas UN Women.
Benetton y UN Women condenan la violencia de género a través de una campaña de publicidad impactante.
A veces las marcas, intentan tomar ventaja de situaciones socialmente desfavorables, realizando acciones puntales, todos lo sabemos, son ejemplos de marketing social oportunista. Sin embargo, Benetton, se ha caracterizado siempre por crear campañas de publicidad con toques muy críticos y sociales, en ocasiones no muy deseables por el gran público, y esto, a pesar de sus muchos detractores, los hace ser una marca de referencia en materia de denuncia social a través de la comunicación.
Cuando aún no hemos borrado de nuestra memoria la campaña, de igual nombre que su fundación, UnHate, Benetton nos presenta, a través de ésta, su particular visión de la lucha contra la violencia de género a través de una campaña conmemorativa del día internacional de la eliminación de la violencia de contra la mujer, propuesto por la ONU.
Esta campaña, se sitúa en la línea a la que nos tienen acostumbrados, situaciones de violencia a las que dan una vuelta de tuerca, convirtiéndolas en algo totalmente diferente, sin poder descifrar si son algo positivo o negativo, pero sí impactante, como aquella vieja película que te dejo un sabor «agridulce».
Opiniones a parte, desde un punto de vista objetivo, resulta una campaña de publicidad brillante, hace que el público se emocione y se implique en la causa, de una manera delicada y chocante al mismo tiempo, hecho que no siempre ocurre en las campañas cuyo fin es concienciar.
Dirigida al público en general y usando un medio como es Youtube, basa su mensaje en una serie de elementos simbólicos: el odio y la violencia hacia la mujer representada en hombres de distintas etnias, el acto de una lapidación con flores y la expresión de una mujer que pesa a las desavenencias, tiene un rostro orgulloso y valiente.
Para Benetton no era la primera vez que trata con el tema de la violencia de genero, ya en 2007 lanzaba su campaña «Colores de la violencia de género», reforzando su imagen de marca socialmente comprometida. Esta tendencia de marketing social no es algo aleatorio, los consumidores, cada vez más concienciados, buscan en las marcas algo más que un producto o un servicio, buscan que sean partícipes del mundo que les rodea, una forma más de «humanizarlas» y hacerlas más cercanas.
Imagen campaña Fundación UNhate