La rápida evolución del ecosistema digital y tecnológico ha traído consigo un nuevo paradigma de comunicación que afecta a la relación de las marcas con las personas. Gracias al cada día mayor desarrollo de la web, los consumidores ya no se conforman con recibir de las marcas mensajes unidireccionales diseminados a través de los medios de comunicación de masas.
La web 3.0. ha traído consigo un nuevo tipo de consumidor:
–Smart-consumer: antes de efectuar una compra, consulta con conocidos, se informa sobre las características y calidad del producto, busca ofertas, compara precios y productos similares ofertados por la competencia, etc.
–Prosumer: además de informarse sobre el producto, produce y comparte contenidos.
El nuevo consumidor exige diálogo por parte de la marca, quiere que su opinión sea escuchada y respondida, y para ello se aprovecha de las herramientas que la red pone a su disposición: redes sociales, foros, blog, etc. El consumidor ha entendido que tiene voz y que dispone de un altavoz que le permite llegar a una gran audiencia: la web.
En este nuevo paradigma, ya no vale con tratar de convencer al público de algo. Ahora se trata de crear lazos con el cliente, generar una relación de confianza en la que la marca habla y escucha al consumidor, y el consumidor habla y es escuchado por la marca.
La marca debe aportar una propuesta de valor, y esa propuesta puede pasar por compartir con el consumidor contenido que le aporte valor, que le sea de utilidad. La compañía debe ofrecer algo que convenza al consumidor de que quedarse es mejor que irse a la competencia. Dicho contenido puede tomar la forma de:
- Blogs
- Infografías
- Video tutoriales
- Vídeos Informativos
- Colaboración con expertos externos a la compañía
- Enlaces externos a contenido e información de interés
- Hashtags y “píldoras” de información a través de Twitter u otras redes sociales
Entre todas los formatos que puede adquirir el marketing de contenidos, una de las que más está sonando en los últimos años es la Gamificación, estrategia que consiste en aprovechar el poder del juego para motivar y fidelizar individuos en entornos no lúdicos.
Centrándose en la motivación y satisfacción del usuario, la Gamificación crea una experiencia en la que el individuo muestra predisposición para afrontar los procesos que le son propuestos. Participa de forma activa porque quiere hacerlo.
Implementando mecánicas tales como los puntos, los niveles o los rankings, se añade un plus de motivación para que el usuario consulte los posts, artículos, infografías, videos, etc., que una compañía ha creado o compartido para él.
Ese mismo sistema de puntos y clasificación puede utilizarse para premiar a aquellos usuarios que comparten el contenido de la compañía a través de sus redes, beneficiando a la marca con el poder del Boca-Oreja.
Independientemente de la estrategia de marketing desarrollada, es clave comprender que el consumidor ya no es el final del canal comunicativo, sino parte activa de él.
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