No se puede negar la lentitud con la que la inmensa mayoría de las empresas están llevando a cabo su necesaria transformación digital. Un problema que desaparecería si se depositara este trabajo de adaptación en las manos expertas de empresas como Geinfor, especializadas en transformar cualquier compañía para que tenga la capacidad de controlar, planificar y aumentar en la calidad y en el rendimiento productivo.
Sin embargo, es más habitual de lo que sería deseable que las organizaciones, sobre todo en España, suspendan un examen de madurez digital. Según un estudio realizado por Incipy (consultor de transformación digital), junto a Inesdi (referente en formación digital), el 81 % de las empresas españolas se encuentran en un estadio básico en relación a la transformación digital.
Motivos por los que no se lleva a cabo la adaptación digital
En un entorno en el que solo el 3,5 % de las empresas pueden asegurar que son innovadoras, cabe preguntarse cuáles son las razones por las que ese porcentaje es tan pequeño en un país considerado avanzado y motor económico en Europa.
1. La falta de financiación
Para la inmensa mayoría de los directivos de las grandes empresas nacionales, el principal freno para la transformación digital no es otro que el presupuesto que se debe dedicar a este cambio. Así mismo, aunque se encuentre financiación extraída de otras partidas dentro de la empresa, la preocupación por el tiempo necesario para que se haga efectiva, es decir, la velocidad de reacción al cambio, también representa una excusa para retrasar esta inversión.
2. Escasez de talento
Otra de las excusas planteadas por directivos y empresarios es la dificultad existente a la hora de encontrar personal capacitado para llevar a cabo las funciones una vez implementadas. Encontrar gente con talento y las destrezas necesarias hace temer que esta adaptación no llegue a ser todo lo rentable que pudiera esperarse.
3. Otras razones del atraso
Aunque de forma más minoritaria, se presentan un conjunto de motivos que deberán ser tenidos en cuenta a la hora de entender este atraso; la falta de recursos financieros y ayudas estatales, los sistemas tecnológicos de información heredados a los que la plantilla y la gestión empresarial estaban habituados, así como la falta de innovación interna por considerarse de poca importancia en el sistema productivo.
Estas excusas aún no terminan, también se añade al retraso estructural de las empresas, su propia incapacidad para desarrollar y entrenar talento, la escasez de tecnología disponible, la poca o nula visión de los directivos y de conocimiento para poder ejecutar los objetivos empresariales.
Cuatro factores limitantes
Por si todas estas razones no fueran suficientes, según el experto asesor en transformación e innovación Adolfo Ramírez Morales cita en el artículo publicado en El País, cuatro factores que limitan la posibilidad de acabar con la lentitud en la actualización tecnológica. En primer lugar, un error en la comprensión sobre lo que significa e implica digitalizar una organización. En segundo lugar, la tendencia a desarrollar iniciativas dispersas dentro de las empresas. En tercer lugar, la inexistencia de unos indicadores que midan el impacto de las iniciativas de los proyectos que permitan la adopción de posibles correcciones. Por último, cabe destacar una de las lacras más absurdas dentro del mundo empresarial, el status quo que muchas de ellas prefieren mantener.