La curación de contenidos se ha convertido en una de las tareas fundamentales que tiene que llevar a cabo cualquier profesional que trabaje en social media. Ante la imposibilidad de leer y analizar la totalidad de artículos que circulan por la red, surge la necesidad de optimizar al máximo la búsqueda y clasificación de contenidos, con el objetivo de extraer aquellos que tengan mayor calidad y más relevancia para nuestra comunidad.

Gracias a la curación de contenidos podemos seleccionar, de entre el abrumador flujo de datos que encontramos a diario en Internet, ese contenido que se destaca de los demás y aporta verdadero valor en relación a un tema concreto. Se trata de diferenciar qué es lo importante y de elegir solo aquello que pueda ser realmente útil, con el objetivo de mejorar nuestro consumo de información.

En social media es muy importante trabajar en la construcción de una buena estrategia de contenidos, que incluya curación y análisis, para conseguir apartarnos del ruido que muchas veces inunda el mundo online y lograr aportar valor, dando sentido a todo el volumen de datos disponibles.

¿Cómo curar contenidos?

Pero ¿qué proceso debemos seguir para hacer una buena curación de contenidos? Lo más importante es identificar qué métodos son más efectivos para cada persona. No hay una única y mejor manera de hacerlo, aunque si pueden identificarse una serie de fases que suelen ser comunes para cualquier content curator:

• Búsqueda y selección: la primera fase consistiría en buscar y seleccionar las fuentes de información relevantes. Se trata básicamente de encontrar aquellas fuentes de información que están generando contenido de calidad acerca del tema que tratamos, y que pueden aportar valor a nuestra comunidad.
• Análisis de las fuentes seleccionadas: el segundo paso sería leer detenidamente los contenidos de aquellas páginas y blogs que hemos elegido. Aquí lo importante es hacer una revisión a conciencia de los contenidos para poder separar aquellos que son verdaderamente relevantes.
• Optimización y difusión: en esta fase los contenidos que se han filtrado como los más relevantes se preparan para ser compartidos en las diferentes redes sociales. Se optimiza y personaliza el mensaje según cada canal para ayudar a darle sentido y visibilidad.
• Análisis: como siempre, el análisis de cómo ha funcionado nuestra estrategia de curación y difusión, y del impacto que han tenido en nuestra comunidad los contenidos que seleccionamos, es fundamental para poder establecer qué aspectos se pueden mejorar y cómo podemos adaptar nuestras acciones, teniendo en cuentas las necesidades y preferencias de nuestros usuarios.

El proceso de curación de contenidos tiene que realizarse de manera sistemática. Debido a la gran cantidad de información que tenemos hoy en día a nuestra disposición y a la velocidad con la que se crea y mueve por la red, es un proceso que requiere constancia y dedicación. 

Debemos tener en cuenta que no todo lo que circula por la red es relevante y que nunca dispondremos del tiempo suficiente como para abarcar todo el flujo de contenidos que son creados a diario. Para encontrar la información verdaderamente única y valiosa, que nos permita destacarnos y tener algo bueno que ofrecer a nuestra comunidad, tenemos que establecer un método efectivo y utilizar las herramientas adecuadas que nos permitan separar el grano de la paja.

Si te interesa conocer algunas herramientas útiles para esta labor, te dejo un post que publiqué en mi blog personal con 10 herramientas que pueden ayudarte en la curación de contenidos. Si quieres saber sobre otras formas de curar contenidos, te recomiendo el método de Iñaki Jiménez, sencillo y muy práctico.

Y tú ¿qué proceso sigues para seleccionar los mejores artículos? ¡compártelo con nosotros!

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