Supongo que os habréis dado cuenta de que la Blogosfera está llena de blogs dedicados a la literatura. Básicamente de lectores o críticos que escriben acerca de los libros que leen. Mi Web (Transfronterizo: Literatura y Social Media) sería un ejemplo, quizás no el más típico, pero nos puede valer. Pero qué relación hay entre editoriales y blogs.
Ahora que estoy en plena promoción de la publicación de «En las afueras», he buscado tiempo para ver qué relación mantienen las editoriales con el concepto blog. No me refiero a la relación de los editores con estos blogs que hablan sobre literatura, sino a si las propias editoriales utilizan el blog dentro de su estrategia Social Media.
Así que he ido entrando en las Webs para comprobar si disponían de blog propio y, en su caso, he echado un vistazo para ver cada cuánto lo actualizaban, es decir, para saber si era algo más que un elemento decorativo.
Editoriales y blogs: unos poco datos.
¿El resultado? En parte inesperado; en parte esperado: de las 46 webs en las que he entrado (pertenecientes a todo tipo de editoriales: de los grandes monstruos del sector a las más alternativas), sólo 15 disponían de blog propio (redondeando, un 33%), de las cuales, tan sólo 4 seguían o se acercaban a un ritmo de publicación semanal, y una más ha creado una comunidad en la que participan escritores y lectores. Es decir, 5 de 46 siguen una verdadera estrategia Social Media relacionada con el concepto blog.
Es verdad que hay que destacar que la Web perteneciente al mayor grupo editorial de este país tiene una auténtica constelación de blogs propios, correctamente enfocados, si no entramos a valorar contenidos, lo que demuestra una gran preocupación por este formato digital.
¿No resulta llamativo que las principales marcas españolas del Sector de la Escritura (vamos a llamarlo así) estén mostrando tan poco interés por el mayor fenómeno mundial de escritura de la última década?
Algunas ideas sueltas.
Pero seamos justos. No es fácil diseñar una buena estrategia de contenidos con que alimentar el blog corporativo de una editorial. Y tampoco está el sector como para invertir el dinero que se necesitaría para hacer algo de calidad.
La alternativa es tirar de ingenio, de creatividad (esto no le debería faltar a los editores, ¿no?). Por ejemplo:
- Buscando fórmulas colaborativas en las que el blog sea el centro de un trabajo conjunto que aporte valor a todas las partes que participen en su mantenimiento.
- O facilitando que los lectores puedan participar en la elaboración de los contenidos.
- O usándolo como herramienta para la caza de nuevos talentos literarios.
- O como punto de contacto entre el escritor y el lector.
- O como base para todo tipo de talleres relacionados con la escritura y la lectura.
- Y un largo etc.
Y es que parece que las editoriales, especialemente las pequeñas y alternativas, salvo honrosas excepciones, no han dado muestras todavía de que hayan comprendido las enormes posibilidades que el concepto blog ha abierto para ellas. Todo un campo de juego con el generar una comunidad de lectores que no deje de crecer y que tenga a la editorial como centro de sus inquietudes intelectuales.
El binomio editoriales y blogs aún está por desarrollarse; tiene todavía unas enormes perspectivas de crecimiento. Esperemos que las editoriales lo hagan antes de que llegue la siguiente revolución del sector (sea la que sea…).
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Sugerencia a los garantes de la cultura literaria «principalmente a las grandes editoriales»
A un pueblo de progreso se le reconoce por su cultura. En nuestro país las inquietudes literarias son cuantiosas; eso no es perjudicial pues siempre será mejor «la abundancia que la escasez». El peligro surge con la proliferación de depredadores camuflados en sellos editoriales, conscientes de los anhelos naturales de toda persona que escribe por dar a conocer sus textos. Les ofrecen la publicación de sus libros y unos supuestos movimientos que benefician sus obras, a cambio de una cantidad de € en efectivo, o la compra de X ejemplares de sus propias obras, a precios exagerados para unos autores sin reconocer. Una vez consumado el negocio se olvidan de que tales libros existen en aras de la captación de nuevos ingenuos.
Las grandes editoriales se mueven en un terreno infranqueable para los noveles. En París existe un Salón de artes plásticas, donde todo creador puede enseñas sus trabajos y los interesados lo visitan con la esperanza de descubrir nuevos talentos.
Pienso que en España sería de agradecer el que las grandes editoriales se unieran para formar una especie de Salón anual, donde todos tuviesen una primera oportunidad, y de ese modo mostraran que su principal interés consiste en apostar por el desarrollo cultural, y no solo el por los beneficios económicos. Seguramente que sería una publicidad asequible.
Esta sugerencia lo más probable es que caiga en saco roto, pero al expresar mi percepción me he sentido bien.