El vídeo machista contra la violencia a las mujeres #Slapher

Un video italiano contra la violencia machista rodado como un reportaje social se ha convertido en un auténtico fenómeno viral. El vídeo colgado el pasado día 4 de enero ha conseguido -en sólo diez días- más de 20 millones de reproducciones en Youtube, otras 700.000 en la web original y más de 1900 likes y 3000 shares en su página de Facebook. Además, Twitter no deja de recoger opiniones sobre el vídeo bajo el hashtag #slapher, una conversación que se ha extendido por todo el mundo. Pero ¿Qué nos muestra realmente este vídeo?

El vídeo está protagonizado por varios niños de entre 7 a 11 años y una niña, Martina. De uno en uno, los niños contestan a las preguntas del entrevistador “¿cómo te llamas?» «¿cuántos años tienes?” “¿Qué quieres ser de mayor?” «¿Por qué?». En la segunda parte del vídeo aparece Martina y se les pregunta que qué es lo que más les gusta de la niña. Tras “admirar” a la pequeña se les pide que le hagan una caricia, una cara de burla y, por último, que le peguen una bofetada, a lo que ninguno de los niños accede.

Según Fanpage.it, el periódico online italiano que ha lanzado esta campaña, el objetivo del vídeo “Dalle uno schiaffo» (dale una bofetada) era generar conciencia sobre la violencia machista. Un problema que según Naciones Unidas es especialmente preocupante en Italia ya que se trata de la forma de violencia más extendida en el país y que afecta al 32% de las mujeres italianas de entre 16 y 70 años en algún momento de su vida.

El vídeo viral ha generado muchos comentarios emotivos pero, también, numerosas críticas

Las voces que rechazan el vídeo remarcan que la niña no dice ni palabra en todo el vídeo presentándola como una víctima y un objeto que los niños “halagan” comentando lo guapa que es y lo mucho que les gusta su cabello, sus manos, su ropa, sus ojos. De esa manera el vídeo perpetua valores que fomentan la objetificación de las mujeres valorándolas por su aspecto y asemejando a las niñas a un modelo único de mujer virgen-princesa. Un hecho que, además, se subraya con la música de fondo que puede escucharse en el momento en el que aparece Martina y que recuerda a una de las películas de la factoría Disney.

Mientras parte de la audiencia se han sentido conmovida y enternecida por el vídeo, otra parte sólo ve androcentrismo y machismo en las respuestas de los niños a su negativa de pegar a la niña: “porque a las mujeres no se les pega”, “porque es guapa y es una chica”, “porque soy un hombre”, “no le pegaría ni con un ramo de flores”. Las únicas respuestas que parecen más acertadas son “porque esta en contra de toda forma de violencia” «porque así le haré daño» e incluso la de un pequeño creyente que afirma «Jesús no quiere que peguemos a los demás».

Este vídeo contra la violencia hacia las mujeres se viralizó con un propósito, radicar todo tipo de violencia. Sin embargo, en una campaña de concienciación social sobre la violencia a las mujeres no se deberían incluir respuestas que siguen recordando a un machismo patriarcal que, precisamente, lleva a este tipo de maltrato. Un vídeo que lo que sugiere es que las mujeres necesitan la protección de los hombres y a las que se valora por su apariencia física, comparándolas con flores y a las que su belleza las exime de ser víctimas de violencia machista, no debería erigirse como un vídeo de concienciación ante un problema tan serio como éste. Rebecca Hains, experta en Cultura mediática infantil, publicó un post en su blog que habla sobre el rol de Martina en el vídeo y en el que comentaba: «Nuestros niños deben entender que las relaciones tratan sobre respeto y reciprocidad. Las chicas no son premios, son personas». Hains también reflexionaba en su escrito sobre la falta de consentimiento. «La voz en off se dirige a los niños para que toquen el cuerpo de la chica que desean, sin el consentimiento de ella (…) Martina no les invita a ello, ella sólo está allí de pie».

Fanpage.it ha publicado un artículo en su página web en el que hablan sobre las reacciones que ha suscitado su campaña y en el que justifican la actitud que mantiene Martina indicando que esta representación es totalmente intencionada y que pretende denunciar, precisamente, que los casos de violencia del hombre a la mujer se producen “en un marco de falta de respuesta y falta de subjetividad femenina”. Además, la web afirma que ninguno de los niños que aparecen en el vídeo, de entre 7 y 11 años, son actores.

Muchos vídeos de concienciación social se viralizaron en 2014 a través de redes sociales

También anuncios publiciarios como el de la carta de los Reyes Magos de Ikea #laotracarta, su versión gaditana o el empoderamiento de las mujeres de la campaña #likeagirl de la marca de compresas Always se convirtieron rápidamente en fenómenos virales. Y vosotros ¿Qué pensáis de la campaña? ¿Creéis que el machismo más peligroso es el que se disfraza de feminismo? ¿Qué pasaría si preguntáramos a las niñas?

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Licenciada en Publicidad y profesional del marketing digital y la publicidad interactiva. Colaboradora de Digital Marketing Trends.

2 COMENTARIOS

  1. En mi opinión esto es para pensar en la sutil capacidad de instrumentalización de las emociones, para que nada cambie en el fondo al quedarnos sólo en la superficie. Aquí el Marketing social es muy eficaz jugando con la música, la imagen de la inocencia y la sorpresa. Lo curioso de este vídeo es que algunos argumentos de los niños contra la acción de agredir son precisamente machistas. Además de presentarse a la niña como un objeto pasivo que recibe el resultado de las instrucciones del adulto a los niños, que son los únicos actores protagonistas de la prueba (Martina es sólo presencia y esa presencia es sólo apreciable por su belleza, como un jarrón…; como objeto estético ni habla ni le preguntan el oficio en el que desea trabajar…); tampoco muestra capacidad de comunicarse o de pedir/autorizar/rechazar las instrucciones que reciben los niños hacia ella. Los argumentos machistas van desde: «no pegarla por ser una niña», hasta «no se la pega por ser linda», pasando por el mandanto socio-religioso de: «porque lo manda Jesús» (curiosamente también la iglesia está presente). Y la última afirmación recuerda a la «tradición de la diferencia más rancia de la hombría»: «porque soy un hombre…» Los argumentos machistas son contrarios al «respeto de las personas por el mero hecho de ser personas iguales» y marcan la diferencia de roles entre sexos. Lo peor es que, como en el vídeo, desde niños esta marca (diferenciadora de roles) ya está presente, al obedecer a la enorme autroridad de los dictados sociales.

  2. La razón por la que los niños responden que a las mujeres no se les pega es muy simple: eso fue lo que les enseñaron. No se trata de ninguna clase de discriminación. Al final están en contra de quienes les pegan y de quienes no les pegan. ¿En qué quedamos?. Solo están buscándole la vuelta para justificar su odio contra los hombres. Otra cosa: sentirse atraído por la apariencia de alguien no es tratarle de objeto; es parte de la naturaleza, y perfectamente puede dar lugar a sentimientos sinceros y a un interés sano. Están pensando bien al estilo de occidente, blanco o negro, cuando la realidad es mucho más compleja.

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