La entrada de Uber en España provocó el enfado del sector de los taxistas y en parte con razón. Esta aplicación para Smartphone pone en contacto a personas que tienen un coche con personas que quieren ir a algún lugar de la ciudad. En un principio, yo pensaba que la motivación de esta colaboración era ahorrar, es decir, que el conductor quería ir a un punto B y que de paso recogía otras personas y compartían gastos, algo similar a Bla Bla Car. Pero no es así, ayer probé este servicio y es similar a un taxi pero sin ninguna barrera de regulación ni profesional.
Desde la misma aplicación indicas el lugar en el que te encuentras, y la aplicación mediante un mapa te muestra los coches que hay cerca de tu zona, haces tu pedido y en nada de tiempo tienes el coche justo delante tuya. Además, al hacer el pedido introduces la ruta que quieres hacer, por lo que no importa que le indiques al conductor la dirección a la que quieres ir.
Por el momento Uber ha llegado a las dos ciudades con mayor actividad de transporte público de España , Madrid y Barcelona. Des de el momento que Uber anunció que se iba a instalar en nuestro país, comenzaron la protestas.
Pierre Dimitri, responsable de Uber en Europa declaró que:
España es el país más agresivo con Uber
Además, Dimtri también ha indicado que:
Antes de fin de año estaremos en otras ciudades españolas
En muy poco tiempo, con todo el conflicto generado y por la innovación de este nuevo digital business, la marca de Uber se ha vuelto una de las más conocidas en España. ¿Cuanto dinero creéis que le habría costado conseguir ese impacto comunicativo si hubiera sido de pago?
Ya tienen presencia en más de 50 países y en alrededor de 70 ciudades han encontrado firmes rechazos. En Bélgica y Francia, Incluso se han llegado a quemar coches en las manifestaciones de los taxistas, pinchar ruedas… Y es que esta plataforma se puede calificar como «alegal«. Por este motivo, gobiernos como el francés o español tratan de legislar esa actividad con celeridad para proteger el gremio del taxi.
Aunque por el momento, ante esta alegalidad ya se está experimentando este servicio en varias ciudades. Entre ellas Barcelona. Ante esta situación, los taxistas barceloneses han creado la aplicación corporativa «anti Uber» que se llama Smart Taxi.
¿Les ha tenido que dar un escarmiento la tecnología para activar el sector?
Estamos viviendo grandes cambios, la tecnología y el Digital Business están ayudando a crear grandes disrupciones en sectores tradicionalmente muy apalancados, poco dinámicos y en los que los profesionales están totalmente acomodados. Entre ellos se encuentra el sector del taxi. ¿No es genial?. ¡Nos espabilamos y mejoramos!
El consumo colaborativo le está dando la vuelta a todo esto, otro ejemplo es Airbnb que hizo lo mismo con el sector de la hotelería. Nos estamos volviendo personas mucho más colaborativas, buscando el beneficio «win win» y ahorrando recursos de esta forma.
Las personas que consumimos y participamos en este tipo de servicios estamos encantados con ellos, realmente ofrecen más valor que los servicios tradicionales. Por lo tanto, los enfados vienen por la perdida de poder de los negocios clásicos frente a las innovaciones. Esto va a hacer que muchos tengan que salir de su zona de confort y volver a pensar nuevamente en como mejorar su negocio y eso «mosquea»,
Desde el punto de vista tanto social como de marketing este avance es imparable. Es decir, entra en el mercado un producto innovador, mucho más elaborado, accesible y practico para los consumidores. Que además aporta más valor y en los que la «empresa» pierde el poder y este se reparte entre las dos partes. ¿QUE HAY DE MALO EN ESTO?.
Antes disrupciones de este tipo, las empresas del stablishment suelen reaccionar con violencia y fuertes presiones a los poderes públicos reclamando su protección.
Aunque por muchas piedras que gobiernos y profesionales quieran poner en el camino a estas iniciativas, no las van a parar. porqué su valor esencial es tan elevado en comparación a lo conocido hasta ahora, que la sociedad hará que siga adelante porque nos gusta.
Así que ante esta situación, tanto gobiernos como profesionales tienen dos opciones, unirse o luchar contra el progreso para acabar malgastando sus energías.
Un ejemplo es el de Kike Sarasola de Room Mate con Airbnb, que ha optado aliarse a su enemigo lanzando la aplicación BeMate. En la que los usuarios alquilan apartamentos cercanos a los hoteles de la cadena Room Mate y son gestionados por la empresa. De esta forma los clientes tienen todos los servicios de un Hotel en el apartamento, y el propietario se despreocupa de la gestión.
Las empresas más flexibles son las que sobreviven a los cambios, lo más adecuado ante estas situaciones es entenderlos y aprovecharlos.
Imágenes de Uber.com